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Rural | 28/03/2023
Soja y maíz 2022/23:
La lluvia llegó tarde para todos los cultivos
Las precipitaciones llegaron sobre la segunda quincena de marzo, demasiado tarde para todos los cultivos. En la región hay una gran heterogeneidad en cuanto al estado y rendimiento de los lotes de soja y maíz de primera, la preocupación ahora pasa por la calidad de los granos. Los lotes de segunda ya se dan por perdidos y para pensar en iniciar la campaña de trigo, se necesitan por lo menos, una base de 300 milímetros.

La segunda quincena de marzo trajo el alivio para toda la región núcleo, aunque para los cultivos fue demasiado tarde. Las precipitaciones, que rondaron entre los 40 y 80 mm dependiendo la zona, ayudaron a reponer la humedad de los suelos. El Correo consultó al Ing. Agr. Ricardo Miranda Mat. 822514 sobre cuáles fueron los beneficios de las últimas lluvias, el estado de los lotes tanto de primera como de segunda, los rendimientos que se proyectan, calidad de los granos y cómo pensar la próxima campaña fina.

“En general, la lluvia fue tardía para todos los cultivos de verano implantados en la región. Solamente se pueden ver beneficiados algunos maíces sembrados muy tardíos que todavía estaban en el proceso de llenado grano, pero para el resto de los cultivos, todo lo que se sembró de primera y todo lo que es cultivo de segunda, lamentablemente toda la lluvia que cayó en los últimos días llegó en un momento tardío”, indicó Miranda en diálogo con este medio.

Los cultivos de segunda fueron muy afectados desde comienzos de febrero por las altas temperaturas y la falta de lluvias. “Todo lo que sea cultivo de segunda lo estoy dando por perdido en su totalidad, más allá de que hay algunos lotes que se pueden rescatar en la región, pero son muy pocos. El 95 % de los cultivos de segunda está perdido”, añadió.

Por otro lado, los cultivos de primera presentan una situación diferente de acuerdo a la zona. “En cuanto a soja como maíz, hay una gran heterogeneidad en base a la zona y calidad de suelo. Quizás la mejor zona se encuentra para el lado de Godeken, abarca un poco Los Quirquinchos y Berabevú, hay algunas zonas que están bien, por lo que fue el año. En la zona entre Chovet y Elortondo hay algunos lugares donde los cultivos están un poco mejor y lo más complicado está de Firmat hacia el lado de Bombal, Villada, Alcorta, Melincué, son zonas que están mucho más complicadas”, detalló el Ing. Agr. Ricardo Miranda.

La heterogeneidad también se encuentra en el rendimiento de los primeros lotes cosechados en algunas zonas de jurisdicción Godeken, Chañar Ladeado, también Murphy y La Chispa, “son variedades de ciclo muy corto de soja, Grupos 3 Medios que el rendimiento varía entre 15 y 25 quintales por hectárea. El rendimiento más escuchado es entre 20 y 22 quintales”, señaló Miranda.

El bajo rendimiento es una consecuencia del estrés térmico-hídrico que afectó a los cultivos, pero ahora, en el momento de la cosecha surge otro inconveniente. “Hay un gran problema con lo que es la calidad del grano, en general todos los lotes muestreados están con un porcentaje de grano verde bastante elevado. Ese porcentaje de grano verde varía de un 30 hasta un 70 %, lo que condiciona fuertemente la calidad de la soja y condiciona también al recibo de la misma”, remarcó Miranda.

La cadena de problemas no termina ahí, sino que ahora hay que pensar “qué política van a implementar los acopios y los exportadores con respecto a la mercadería que se pueda estar entregando porque afecta directamente a la industria aceitera y es un problema que todavía no está resuelto”, añadió.

“Con respecto a lo que es maíz, hay una zona donde se pudo sembrar en septiembre con una pequeña lluvia que hubo a fines de dicho mes. Algunos lotes se han cosechado y arrojaron rindes de 70 a 75 quintales, otros lotes arrojaron rindes que están alrededor de 40 quintales, todavía es muy difícil estimar un promedio porque son muy pocos los lotes cosechados”, aseguró el técnico.

Otra característica que presenta el cereal es que “en general las distintas fechas de siembra que hubo entre septiembre y diciembre, todas tuvieron el mismo desarrollo en cuanto a condiciones ambientales, climáticas, humedad y temperaturas, y estimamos que en general el promedio va a ser igual para todas las fechas de siembra. Estamos a un 50 % de lo que fue la cosecha pasada o menos, así que muy probablemente el rendimiento promedio de maíz esté rondando los 40 o 50 quintales”, explicó Miranda.

En aproximadamente dos meses debería comenzar la siembra de trigo, pero qué pasará con las precipitaciones y con la humedad necesaria para lanzar la campaña fina. “Para una siembra de trigo y teniendo la experiencia de esta campaña, no me animaría a sembrar trigo con no menos de 250 a 300 mm de agua precipitada. Igualmente, antes de definir la siembra de trigo, el productor va a tener que hacer muy bien los cálculos de márgenes de rentabilidad y también sería conveniente si hablamos específicamente lo que es agua, hacer una medición de agua útil, que es el agua que está disponible para el cultivo”, aseguró Miranda y para finalizar indicó que “a partir del resultado que arroje esa medición de agua útil, tomar una decisión de arriesgar o no el inicio de una campaña de fina. La situación es bastante crítica, si bien esta lluvia causó un alivio generalizado más en el estado de ánimo de la gente que en los cultivos, dependemos de que siga lloviendo para poder iniciar una campaña con algo de seguridad”, concluyó.
Periodista/Fuente: Ing. Agr. Ricardo Miranda Mat. 822514
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