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Deportes | 29/11/2022
Por Juan Andrés García
A ver quién dura más

Decime si no te pasó que, al entrar al gimnasio por primera vez, te encontraste con esos muchachos colgados de barras con peso lastrado, que tienen unos brazos de “King Kong”, o a esas chicas levantando un montón de peso en sus sentadillas y a la hora de descansar revelan unas “gambas talladas”.

Todo lo contrario nos sucede cuando arrancamos nuestra primera clase. Nos dan un par de mancuernas que parecen un isopo y las sentadillas tenemos que hacerlas con un palo de escoba en la espalda y debemos sentarnos sobre una silla.

Y sí, es así. Con más o menos exageración, es como se arranca en un gimnasio por primera vez. Lo bueno y reconfortante es que eso va cambiando a medida que pasan las sesiones, vayamos mejorando la técnica y, por consiguiente, ganando fuerza.

Lo difícil a veces no es solo mover el peso en el gimnasio, sino también el compromiso de sostener los entrenamientos a lo largo del tiempo, dadas las exigencias de la vida cotidiana. ¡Y CLARO QUE ES COMPRENSIBLE!

Por tal motivo y para no perder la motivación de entrenar, acá van algunos tips que son de buena madera:

Empezar de a poco

Si sos del grupo de personas que no es “habitué” de la actividad física en gimnasios o que hace mucho tiempo que no frecuentas uno, te sugiero arrancar con sesiones cortas, pero de calidad. Entrenar una sesión de 30 minutos sin distracciones como el celular. Esto es mucho mejor que no haber hecho nada; si no crees en lo que te digo, te recomiendo leer el estudio en el British Journal of Sports Medicine, que encontró que solo 30 a 60 minutos a la semana de entrenamiento de fuerza pueden brindar importantes recompensas a largo plazo, incluida una reducción del 10 % al 20 % en el riesgo de mortalidad y de contraer enfermedades cardiovasculares y cáncer.

De sencillo a complejo

Por lo menos una vez al día charlo y corrijo a chicos y chicas (adultos también los hay) que miran muchos videos en internet haciendo ejercicios muy rebuscados o con unos pesos que solo los “influencers” pueden mover. Les reconozco que quedan hermosos. Tienen una edición y música estridente “in-cre-í-bles”. Pero si no dispones de mucho tiempo, lo mejor y más efectivo es lo sencillo.

El entrenamiento de la fuerza no tiene que significar pesas súper pesadas y mucho equipo.

Los ejercicios de desarrollo muscular que se basan en el propio peso corporal deben seguir los patrones de movimientos que son empuje, tracción, rotación, cambio de centro de gravedad. Básicamente flexo-extensiones de brazos, planchas pronas y sentadillas. Estos ejercicios pueden ser increíblemente efectivos cuando los realizamos de manera correcta y consistente.

Cuando vayas mejorando, ahí sí animate a usar poleas y bancos para seguir con las progresiones correspondentes.

Todos fuimos principiantes

¿Que levante la mano aquel que, cuando fue por primera vez al gimnasio o a una plaza a hacer un entrenamiento de fuerza, no se sintió observado por aquellos que son más expertos?

La mayoría de nosotros cuando llegamos al gimnasio hacemos lo que sabemos hacer o lo que creemos que sabemos hacer. Todo esto, con el objetivo de no desentonar con el resto de los que están entrenando. Pero no tiene que ser así.

Como profe y entrenador aliento a preguntar tantas veces como sea necesario sobre la ejecución de un ejercicio, así como saber que también es normal cometer errores en su práctica.

Vestite (prácticamente) como te dé la gana

Volvemos a cuestiones de “influencers” y redes sociales.

En el gimnasio solo hay que cumplir con algunas reglas cuando hablamos del uso de ropa:

•Que sea cómoda.
•Que permita moverte libremente.
•Que no te haga transpirar de manera descomunal.

Después, si queres que combine o tenes ganas de mostrar que banda musical escuchas, bienvenido sea.

El objetivo es progresar

Si sentís que de golpe necesitas faltar a la sesión de entrenamiento, no tenes que tomarlo a mal. Date ese permitido. El entrenamiento de fuerza, como cualquier actividad de la vida, es un “juego largo”, donde el objetivo es hacerlo durante la mayor cantidad de tiempo posible y siempre con ganas.

En esta cultura nos enseñaron que “cuando no hay ganas, debe haber disciplina” pero no sé si es tan así.

Prefiero creer que a las cosas hay que hacerlas con convicción y con deseo. Y todo hecho se vuelve más fácil si podemos divisar y celebrar nuestro propio progreso, incluso el retorno, cuando nos desviamos del rumbo.

Por eso anímate, no busques excusas, salí del confort que te brinda el sillón y movete. Recorda que entrenar no tiene que ser una “acción alienante” sino que, debería ser un “hábito liberador”.


Periodista/Fuente: Por Juan Andrés García (Profesor Nacional de Educación Física)
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