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Deportes | 18/01/2022
Por Juan Andrés García
Juanse y la altura de sus preguntas
Hace poco tiempo Juanse, mi sobrino, y a quien dedico esta columna, quiso averiguar: “¿Es cierto que el gimnasio hace que las personas no crezcan?”.

Hoy, en esta columna desestructurada, pretendo ayudar a que su interrogante, como el de muchos adultos, sea respondido con la verdad y así dejar de guiarse por un mito antiguo.


Agrego también, que es común escuchar a muchos papás que, cuando vienen a averiguar para que sus niños hagan actividad física, expresan la sugerencia de que no deberían hacer pesas ni trabajos de fuerza para que tengan un buen desarrollo motor y de su cuerpo.

Básicamente que no hagan pesas, porque creen que los chicos tendrán muy poca altura. Creen que deberían esperar hasta los 17 años para hacer ejercicios de fuerza, ya que a esa edad están desarrollados.

Por todas estas razones, creo yo que deberíamos saber dónde y cuándo nació este mito sobre el crecimiento en los niños y el entrenamiento con pesas.

El origen del mito

En los años 70, unos investigadores japoneses se dedicaron a analizar y estudiar a los niños que trabajaban en las fábricas. Estos niños se dedicaban a mover cargas pesadas durante muchas horas a lo largo del día. A pesar de ser tan activos, curiosamente estos niños no tenían fuerza, eran débiles y bajitos.

Entonces, con este simple análisis, los “eruditos del entrenamiento” llegaron a la conclusión errónea de que hacer fuerza (mover cajas) generaba un incorrecto crecimiento en los niños.

Acá debemos hacer la primera aclaración: hay que saber que las personas japonesas no se caracterizan por su gran altura o ¿a cuantos jugadores nipones de básquet en la NBA conocemos?

También quiero contar que en los 70, Japón necesitaba desarrollar nuevamente su economía, por lo que contrataban en las fábricas a niños que pudieran ser explotados por un mínimo “salario”. Los mismos eran maltratados por sus empleadores para que rindieran más y no gozaban de leyes laborales que les permitieran comer o descansar.

Una mala alimentación y falta de horas de descanso y sueño no permiten desarrollar correctamente el crecimiento óseo como así las funciones normales de los órganos o las capacidades físicas de las personas.

Y como si no fuera poco, por si existe todavía dudas, cuando vemos en los Juegos Olímpicos a las y los levantadores de pesas, se puede notar que no son atletas altos. Eso se debe a que es una selección “natural” del mismo deporte ya que son mecánicamente más funcionales que cualquier persona “alta”(cuestión de sistema de palancas, de centro de gravedad, etc...). Todo se debe a la física.

El entrenamiento de fuerza en los niños es beneficioso. Habiendo ya desmitificado tan prejuiciosa afirmación, ahora toca contar por arriba qué beneficios tiene el entrenamiento de fuerza en las edades tempranas.

Algunos de ellos son:

1. Previene y reduce las lesiones deportivas.
2. Mejora la fuerza muscular y las habilidades motoras.
3. Mejora y favorece el desarrollo del sistema óseo.
4. Previene enfermedades musculo-esqueléticas.
5. Mejoras en la composición corporal, ayuda al descenso de peso y muestra progresos de la sensibilidad a la insulina en adolescentes obesos.

En definitiva, hacer fuerza de manera planificada y supervisada, no solo te ayuda a crecer mejor o te hace mejor deportista, sino que te da poderes. Juanse, poderes de los que solo los que hacen fuerza pueden utilizar. 

Periodista/Fuente: Por Juan Andrés García (Profesor Nacional de Educación Física)
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