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Educación | 26/10/2021
“Santa Fe, mi país” | Por Gustavo Battistoni
Candioti retratado por Candioti
La novela histórica no cuenta con muchos cultores en Santa Fe. Mateo Booz es el máximo exponente del género, no sólo por su admirable “Aleluyas del Brigadier”, sino por otras obras más cortas como su texto sobre los Constituyentes de 1853 y también es de resaltar “La Casa de los Cuervos”, de Hugo Wast. Es una lástima que con nuestra rica historia no se hayan escrito más obras sobre los acontecimientos históricos que sucedieron en nuestro invencible lar.

Pero la escasa cantidad está suplida por la fulgente calidad de los libros dedicados al tema. “El Fin de un Príncipe”, de Luis Candioti, se suma a las grandes obras que con garbo han retratado los momentos cruciales de nuestra historia, y no hubo momento más importante para San-ta Fe que su nacimiento como provincia autónoma.


Francisco Antonio Candioti y Zeballos, nació el 23 de agosto de 1743 y falleció el 27 de agosto de 1815. Santafesino de pura cepa, fue el primer gobernador elegido por la voluntad del pueblo en el hoy territorio argentino. El desconocimiento de su figura, nos debe hacer reflexionar so-bre la injusticia que cometemos con los grandes hombres y mujeres que forjaron nuestra comunidad.

El título de la obra está tomada de la vívida impresión que le causó a los hermanos Juan y Guillermo Parish Robertson la imponente estampa del santafesino: “Era el verdadero príncipe de los Gauchos, señor de trescientas leguas cuadradas de tierra, propietario de doscientas cincuenta mil cabezas de ganado, dueño de trescientos mil caballos y mulas y de más de quinientos mil pesos atesorados en sus cofres en onzas de oro, importadas del Perú”. ”El príncipe de los gauchos, era príncipe en nada más que en aquella sencillez que caracterizaba todo su porte. Estaba muy alto en su esfera de acción para temer la competencia, demasiado independiente para someter su cortesía por el solo beneficio personal; y era demasiado ingenuo para abrigar en su pecho el pensamiento de ser hipócrita”, y afirmaba uno de los hermanos, extasiado: “Cuando lo contemplé no pude menos que admirar su singularmente hermoso rostro y digno semblante”. Recomendamos con efusión la lectura de “La Argentina en la época de la revolución” ( Letters on Paraguay”), de los viajeros ingleses, de donde sacamos estas breves citas sobre nuestro primer gobernante.


La novela de Luis Candioti, narrada en primera persona, se centra en los tres últimos meses de la vida del prócer: junio, julio y agosto de 1815, mes en el que fallece. Elegido como gobernador el 26 de abril de aquel año, debe renunciar, producto de su enfermedad, el 25 de junio, dejando el poder en manos de su amigo Pedro Tomás de Larrechea.

Hace el escritor un recorrido por los antepasados del biografiado, sus sueños, sus negocios, con sus recorridos por una vasta región que ocupa el Perú, Chile, Paraguay y todo el territorio de las Provincias Unidas. Hombre incansable para el que la fatiga no parecía existir y que representaba a esa necesaria burguesía que no pudo consolidarse después de la Revolución de Mayo y fue la causa de la disolución del antiguo Virreinato, con la imposibilidad de construir una gran nación que pudiera entrar con fuerza en el escenario de la historia.

Indudablemente, Francisco Candioti, amigo de José Gervasio Artigas, tenía en claro el lugar de los porteños en la historia argentina de antaño, y lo expresa con claridad: “Razón tiene don José (Artigas) cuando menta de raza pérfida a la calaña porteña y no consiente a Buenos Aires de Capital para estas provincias”. “Favorecer con liviandad comercio libre porque de acá salgan provechosos los mercaderes porteños y las rentas de la aduana-cuando no se la sortea por arte de vil contrabandeo por encargo de estos mismos-, es torpe medida de Gobierno si hay deber de velar por las gentes de cada población y en cada Provincia, que no solo por el puerto recaudador”.

Tiene, además, una interesante reflexión social basada en uno de los padres fundadores de los Estados Unidos: “Un libro que no leí pero mentaron hasta persuadirme de entender, era de un señor Paine, de los Estados Unidos del Norte. Convencía de que nadie puede hacerse rico sino vive entre otros hombres, que por tanto los bienes y dineros eran un poco de todos y aquel que tiene debe cuidado de los demás”.

Luis Candioti, descendiente del “Príncipe de los Gauchos”, es un excelente escritor, autor de varias obras, y de una novela inédita que tuve el privilegio de leer y dará que hablar en el momento de su publicación. Su libro sobre Francisco Antonio Candioti es una notable novela histórica, que está acompañada por un documentado apéndice y que tendría que ser de lectura obligatoria en los colegios de la provincia. Sin conocer el pasado no tenemos posibilidades de desarrollo en un mundo donde el cosmopolitismo mercantilizante destruye todo atisbo de memoria en su impiadoso paso.

Periodista/Fuente: Gustavo Battistoni (Escritor e historiador firmatense)
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