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Educación | 02/03/2021
“Santa Fe, mi país” ✓ Por Gustavo Battistoni
Las Congojas del Paraná
Novela notable. Detrás de una polifónica historia de amor, con sus pasiones y decepciones está el heracliteano Río Paraná, observando en su impasible majestuosidad los avatares de un grupo de frágiles seres que fueron la fuente nutricia de la naciente ciudad de Santa Fe. Libertad Demitrópulos, escritora de excepción, nos narra con mano maestra en “Río de las Congojas”, una historia de amor donde el actor principal es el “río tragahombres, más negro que nunca, río de las congojas, enemigo del amor”.

El amor desencontrado entre Blas de Acuña “hombre de armas, músico y cuantimás pescador”, y María Muratore “mujer de nadie y joven, morena y sin compromisos…”, establece una dialéctica que comanda la acción de la novela. Pero no son los únicos protagonistas de este gran drama, con Isabel Descalzo y Juan de Garay, “el hombre del brazo fuerte”, constituyen un cuarteto que da a esta narración un espesor excepcional.

Una obra donde el mestizaje, el indio, la negritud y el machismo son diseccionados con agudeza, con una pluma maravillosa que no deja espacio a la pausa en su lectura. La lucha por la tierra (vale decir por el poder) es señalada con claridad cuando se historia la sublevación de los Siete Jefes, que terminará con la horripilante muerte por descuartizamiento de los hijos de la tierra, es decir los mestizos, sublevados contra la opresión del español colonizador.

Esta jujeña, Evitista hasta la médula, penetra en los secretos del río Paraná con una perspicacia que no tiene parangón. El río que es esperanza, pero que también es decepción y muerte, al terminar esta peripecia nacida en Asunción en el entronizamien-to de la ciudad de Buenos Aires, dejando en un lugar subalterno a Santa Fe, logrando la escritora darnos la clave de bóveda para pensar en el remoto origen del centralismo porteño que nos estrangula hasta el día de hoy.

Lo que fue esperanza, vitalidad, se transformó en un páramo, tierra baldía:” ¿Qué queda de aquella ciudad que un día levantaron ganándola palmo a palmo? Ni las meras cenizas. Borrada. Ni casas. Ni cercas. Todo derrumbado. ¿Gente? No hay. Huida. Sólo el camino y el río, imperturbables”./”En cien años los he visto, uno por uno, morir puteando a Garay, que ya no podía escucharlos, y era por la indiferencia de los barcos que pasaban de largo por aquí, cargados de mercadería, hacia el puerto de la ciudad del Buen Aire. Sentían como una afrenta del vizcaíno que nos había traído de La Asunción, en nombre de Dios y de su San Santiago guerrero, para dejarnos después en el camino del río, y haciendo cruz con la tierra adentro, a guardarle las espaldas a su ciudad predilecta”.

Leamos lo que dice del Río:”Y cuando digo río me estoy refiriendo a este, al único que mis ojos conocen, al gran río de muchas venas, que viene naciendo de adentro de la selva brasileña y baja abriendo calles de sol en un como bramido de animal, y en su propia sangre pare islas verdosas y cobija el sueño de los yacarés. Como las aguas de este río eran sus lágrimas cuando lloraba”. / ”Más fuerte que el tiempo era el Río. Y se lo tragaba. El tiempo, ese impostor”./ ¿Y el Río? ¿Qué fue del Río? Eso es lo que nos quitaron. El río fue para los otros. Para nosotros las congojas y desabrimientos”.

Otro tema de importancia es la perspectiva de género, donde la perseguida María Muratore debe transformarse en Fernán Gómez para encubrir su identidad y también ocupar una posición expectable en una sociedad profundamente machista donde solo cuenta la violencia para sobrevivir”. "Se intrigó": ¿por qué se hacía pasar por varón esa mujer?¿Qué tanto hacía que ella se desvestía por las noches sintiéndose lo que era y ocultando sus ansías, sola, en la hamaca? ¿Qué tanto se ceñía el busto y achicaba las caderas y peinaba su pelo largo y negro en las oscuridades de la intimidad?”.

Libro admirable, de factura impecable, no inferior a esa otra pieza maestra que es “Zama” de Antonio Di Benedetto, sobre los inicios de nuestra historia, no tiene el reconocimiento de la obra del mendocino. Las razones de esto no las podemos colegir con claridad, pero su carácter de provinciana, sus ideas políticas y el hecho de ser mujer pueden darnos algún indicio sobre la falta de difusión y estudios académicos sobre esta novela.

El río inmarcesible, majestuoso del que nos habla Libertad Demitrópulos, nos sigue observando y preguntando sobre nuestros miedos, pasiones y esperanzas, en una gran metáfora sobre una sociedad que se siente desarraigada y sin un camino claro en la prosecución de su incierto futuro.

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