Fotos: Ing. Agr. Ricardo Miranda - Mat. 82-2-0514

Relevando lotes de la región y analizando la información que proviene desde las entidades como Bolsa de Comercio de Rosario o Bolsas de Cereales, los datos obtenidos son coincidentes y concluyentes: “La falta de lluvias en el corto plazo y la nueva amenaza de descenso de temperaturas pone en jaque la producción de trigo”.  

Luego de padecer los efectos adversos del faltante de lluvias durante prácticamente toda su etapa vegetativa, los cuadros productivos habían recuperado su condición posterior a los milímetros caídos  los primeros días de septiembre. Parecía que la situación comenzaba a encaminarse dentro de una “normalidad”.

Pero no fue así. Las heladas ocurridas posteriores a esa precipitación produjeron nuevamente un efecto de quemado de tejido foliar  y un retroceso en la condición del estado de los lotes, alguno de los cuáles quedando a la espera de una definición muy importante por parte de los productores y asesores técnicos: “dar por finalizado el cultivo y prepararse para la implantación en tiempo y forma de un cultivo de verano, o sea, soja.”

Si bien esta situación extrema no ocurre en todos los lotes, sí podemos informar, que es generalizada en la región, ya que en toda la zona de influencia se encuentran lotes en este estado.

Tampoco se puede establecer una correlación directa entre, por ejemplo, variedad de trigo y resistencia al frío (aunque hay materiales que se comportan mejor), porque la situación  observada es muy variable y no sólo se puede atribuir a las características genéticas de los materiales sembrados, sino también a otros factores como: manejo del cultivo, cultivos antecesores, sistema de siembra, fertilización, altimetría del lote. 

Son muchos factores que, combinados con las condiciones climáticas imperantes, dan los resultados que se observan a campo.

Como consecuencia de lo anterior, las estimaciones de producción comenzaron a caer, estando ahora en alrededor de las 18 millones de toneladas, a nivel nacional, según las fuentes citadas anteriormente.

Momento crítico

A la condición regular en la mayoría de los lotes de trigo, se suma el poco favorable pronóstico, que marca escasez de lluvias y descensos de temperaturas. Todos coinciden que de no llover en el corto plazo, el estado de los lotes va a seguir en deterioro, debido a que es el momento en donde se necesitan las lluvias para asegurar por lo menos un resultado productivo que hoy se ve muy condicionado.

Pero como “a todo perro flaco no le faltan pulgas”, también se debe estar atento cómo evolucionan las enfermedades foliares que también son una amenaza para el cultivo. Si bien la incidencia de las mismas es baja por el momento, hay que continuar con los monitoreos a campo. 

Maíz: récord de siembra

Todo lo negativo que se observa en los lotes de trigo, se transforma en un panorama muy optimista para el cereal de verano. La afirmación se basa en que prácticamente en una semana se logró implantar más del 50 % del área destinada a este cultivo. 

La disponibilidad de humedad en el perfil del suelo, sumada a los ya mencionados poco alentadores pronósticos de lluvias, hicieron que los productores decidieran salir con sus equipos de siembra a pleno, sin importar las bajas temperaturas.

Comentario final

Analizando la situación actual, la reactivación de las lluvias comienza a jugar un papel clave en la producción de los lotes de trigo, y también ahora, en los lotes implantados de maíz. 

De no suceder esto en el corto plazo, seguramente algunos lotes de trigo terminarán en otro destino que no es la cosecha, y comenzaremos a evaluar la implantación en los lotes de maíz, dato de vital importancia para la determinación del rendimiento final del mismo.

En este aspecto hay coincidencias en la conclusión: sin lluvias, y con otro probable descenso de temperaturas, la producción está en riesgo.