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Educación | 15/09/2020
Por Micaela Pellegrini
Cecilia Grierson: una biografía para celebrar el Día del Maestro (y la Maestra) en el contexto de una pandemia
El 11 de septiembre se conmemora el Día del Maestro y la Maestra en un contexto no muy alentador. La pandemia por el coronavirus acecha a la sociedad argentina arrojando diariamente cifras que, aunque alarmantes, resultan apenas una pequeña muestra de lo que estamos viviendo los/as argentinos/as. En el centro de la escena, aparece el personal de la salud extenuado por las horas de cansancio acumuladas y por las imágenes que les devuelve “el afuera” de los centros de salud: asépticos/as y/o negadores/as que arrebatan contra las medidas ejecutadas por el gobierno.

En este sentido, es que queremos conmemorar el Día del Maestro y la Maestra pero sin desatender la realidad que atraviesa las líneas de este escrito. Es por eso que, en la siguiente página, vamos a detenernos en la bios de una mujer: Cecilia Grierson. Ella fue la primera muchacha en obtener el título de médica en nuestro país. Sin embargo, al adentrarnos a su biografía, observamos que también fue docente y que en el ejercicio de reconocer su rol como médica, se sumerge en un cono de sombras su oficio como educadora. Sacarlo a la luz es el objetivo que nos convoca.

Cecilia nació en la ciudad de Buenos Aires durante el año 1859 en el corazón de una familia de raíces irlandesas y escocesas. Pese a su nacionalidad argentina, al poco tiempo de su natalicio, la Grierson se mudó junto a su círculo familiar al Uruguay. De esta forma, la muchacha le daba inicio a una vida de desarraigo. A los seis años de edad volvió a Buenos Aires para cursar sus estudios primarios respondiendo a las demandas de su familia, la cual quería que se forme en un colegio inglés, conservando así, parte de su cultura de origen. Sin embargo, al poco tiempo el destino le solicitó a Cecilia que regrese de Buenos Aires, debido a que la muerte repentina de su padre apremiaba a la familia mayores ingresos económicos.

Fue a partir de este gesto, que la muchacha comenzó a coquetear con la docencia. Primero, obteniendo réditos económicos como institutriz y luego, como maestra idónea en una escuela rural. Esas primeras experiencias marcaron a fuego su vocación de tal forma que fue seducida para realizar sus estudios pedagógicos de regreso a Buenos Aires. Cursó el magisterio en la Escuela Normal de Señoritas obteniendo allí el título de docente durante el año 1878.

Ahora bien, el magisterio no solo le permitió a Cecilia trabajar como maestra, sino que la habilitó a entablar relaciones con ideas y personas relevantes del mundo de la cultura y la política. Tal ha sido el caso de su vínculo con Emma de Capryle, una maestra norteamericana traída por Sarmiento. Emma, al igual que sus compatriotas, ingresó al magisterio no solo con ideas pedagógicas sino también con otras muy cercanas al feminismo, a las cuales Cecilia adhirió fervorosamente. Sin duda, tomar conciencia sobre las desventajas e injusticias que denotaba ser mujer en la sociedad patriarcal del siglo XIX, fue lo que le permitió a la Grierson animarse a luchar por un espacio dentro de la carrera universitaria de medicina. Según cuentan las memorias, Cecilia fue marcada por la temprana muerte de una amiga. Cicatriz profunda que le despertó interés por las ciencias médicas, formación que habría subestimado durante años por el hecho de ser mujer (aclaramos que durante esa época las mujeres teníamos prohibido el acceso a las altas casas de estudios). Sin embargo, el impulso económico del magisterio e ideológico del feminismo, fueron llaves de apertura para ingresar a la universidad y obtener el título de médica durante el año 1889. Pese a las trabas y cánones que le impedían el acceso a la medicina, se constituyó así, en la primera médica y universitaria graduada argentina.

A partir de allí, Cecilia desarrolló una gradual pero escalonada vida profesional: creó el Círculo Médico; la primera Escuela de Enfermeras de América Latina; trabajó en el Hospital San Roque;  fundó la Asociación Médica Argentina y la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios, entre otras. Sin embargo, nunca desatendió su profesión docente: durante la bisagra de los siglos XIX y XX también fue maestra, fundó la Escuela de Economía doméstica y la Sociedad de Economía Doméstica; integró el Consejo Nacional de Educación, ejerció como presidenta del “Congreso Argentino de Mujeres Universitarias” y fue docente de la Escuela de Enfermeros y Masajistas, entre un sinfín de otras actividades. Finalmente, falleció el 10 de abril de 1934 dejando la estela de una vida comprometida con educar y curar. Finalmente, hemos recuperado el nombre propio de Cecilia Grierson persiguiendo como objetivo conmemorar la docencia como un espacio que enseña pero que también invita a explorar nuevos horizontes. Así como la Grierson se aventuró a la medicina.

Periodista/Fuente: Micaela Pellegrini Malpiedi | Profesora, Licenciada y Doctora en Ciencias de la Educación (UNR-ISHIR/CONICET)
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