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Suplemento Caleidoscopio | 02/04/2020
2 de abril
La carta

Como cada 2 de abril, en honor y reconocimiento de aquellos héroes que participaron en Malvinas, homenajeamos y los recordamos a través de un texto de Mariano Carreras.

Durante la Guerra de Malvinas, Norma Lafuente y otros vecinos de Firmat se daban cita en la Estación de Cora para acompañar el paso de los colimbas de Corrientes, Entre Ríos y Chaco que el tren conducía rumbo al sur. Les obsequiaban revistas, alimentos, cigarrillos, golosinas y rosarios.   

Los encuentros eran a toda hora. Hombres, mujeres y niños esperaban junto al andén. Les brindaban aplausos, abrazos y elementos que los ayudaban a soportar el frío y la distancia de un largo viaje con retorno incierto.

Al enterarse que a esos jóvenes no les permitían despedirse de sus familias, se ofrecieron para escribirles. En su breve paso por Cora los pibes le entregaban a los firmatenses nombre, dirección y lugar de origen.  


Pocos días después, las cartas partían rumbo a sus aldeas natales. “Era una forma de llevar un poco de paz a esas madres desesperadas por recibir noticias de sus hijos”, me explicó Norma, quien redactó varias de las esquelas que encendían un halo de luz en los rostros sombríos de familias angustiadas.

Las cartas tenían un modelo predeterminado. “Allí contábamos tiernamente que, determinado día a determinada hora, su hijo había pasado por la estación de Cora. También le relatábamos que se encontraba bien, que se dirigía al sur, que la gente lo aplaudía y le brindada grandes demostraciones de afecto por defender la patria”.

Al poco tiempo llegaban las respuestas. Generalmente, eran las mamás las que agradecían el gesto y plagaban las hojas con palabras, abrazos, caricias, lágrimas y esperanzas. Norma atesoró todos esos mensajes.

Cuando se cumplieron treinta años de la guerra, desempolvó las cartas de aquel tiempo de sensaciones ambiguas y solidaridades compartidas. Repasó nombres, provincias, poblaciones.

Meses después, el destino la condujo a la localidad de Roque Sáenz Peña (Chaco). Ella recordó que había intercambiado correspondencia con una familia de ese lugar y quiso saber de ellos. Conocerlos.  

El día que llegó a Roque Sáenz Peña les contó la historia a unos amigos y preguntó si conocían a Juan Carlos Suárez. Al día siguiente, cuando bajó al hall del hotel, Juan Carlos, el colimba chaqueño que en 1982 pasó por la Estación de Cora, la estaba esperando.

El abrazo y las lágrimas lo dijeron todo.

Periodista/Fuente: Mariano Carreras
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