“Entre el 1 de enero y el 30 de junio hubo 47 procesos de donación de órganos, mientras que en el mismo período del año pasado se realizaron 30”, manifestó el director del CUDAIO, Martín Cuestas. En Rosario, del total de donaciones santafesinas realizadas durante el primer semestre de 2019, 13 tuvieron lugar en el hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez (HECA), tres en el hospital Centenario, dos en el Centro Médico Ipam y en el Sanatorio Británico, y una en los hospitales de niños Vilela, de niños Zona Norte, Italiano y Privado, y en los sanatorios Los Alerces, Parque, Laprida y Rosendo García.

“La otra cifra que también nos enorgullece es la del impacto real de esas donaciones, que son las 117 personas que pudieron acceder al trasplante; ese es el objetivo principal de nuestro trabajo. La lista de espera va disminuyendo poco a poco y, lo más importante para los pacientes, es que los tiempos de espera para el trasplante se van acortando. El logro de nuestra provincia en esta materia no solo se ve en la cantidad, sino también en la calidad de los procesos de donación”, añadió Cuestas.

En tanto, en Santa Fe, 10 procesos de donación se llevaron a cabo en el hospital José María Cullen y uno en los sanatorios Mayo, Diagnóstico y Clínica de Nefrología. Además, se registraron tres donantes en el hospital escuela Eva Perón de Granadero Baigorria, uno en el hospital Jaime Ferré de Rafaela y uno en el Alejandro Gutiérrez de Venado Tuerto.

117 trasplantes

Las ablaciones efectuadas a través de esos procesos permitieron 67 trasplantes de riñón, 29 de hígado, 10 de corazón, cinco de renopáncreas, dos de pulmón, dos de páncreas, una hepatointestinal y una cardiorrenal.

En ese marco, Cuestas resaltó que los trasplantes hepatointestinal y cardiorrenal “fueron únicos en el país” y que, a nivel nacional, el HECA fue el efector que suministró más órganos para trasplante de corazón y de páncreas, y el segundo en renopáncreas y pulmones”.

“Estas intervenciones son de alta complejidad y requieren de un nivel profesional muy elevado, además de un profundo compromiso por parte del personal que participa de todo el proceso, desde el diagnóstico de muerte del donante, el abordaje a la familia, el mantenimiento de la viabilidad de los órganos y el traslado de los equipos de trasplante en condiciones de urgencia, casi siempre en una combinación de traslado desde ambulancia y avión, ida y vuelta”, describió.