Respecto a los hechos ocurridos en el final del partido de tercera división entre Argentino y Firmat FBC, el Club Atlético Argentino emitió un comunicado respecto a lo acontecido y llama a la reflexión sobre el momento que atraviesa el fútbol infantil en general.

"El Cuerpo Técnico y la Subcomisión del Futbol Infanto-Juvenil del C.A. Argentino de Firmat se suma, a la dirigencia del mismo, en el repudio absoluto a la agresión sufrida por Javier Rossi, coordinador del FFBC, el día sábado 18 de Mayo. Solidarizarnos tanto con Javier, como con su cuerpo Técnico, alumnos y familiares.  

Creemos que el mundo del fútbol Infanto-Juvenil se ha desvirtuado. El exitismo reinante es producto del mensaje que se consume a diario. Ubicar al victorioso en un lugar de privilegio, sin importar las formas y el camino que los condujo hacia el éxito, y al perdedor, más allá de su esfuerzo y dedicación, en la sombra. El resultado numérico del marcador debe ser anecdótico u olvidadizo. Los resultados evolutivos-deportivos, educativos y sociales deben imponerse ante cualquier otro aspecto o deseo personal que no se condiga con los objetivos reales que una Escuela de Futbol debe perseguir.

Nos rasgamos las vestiduras cada vez que la injusticia nos golpea, pero hacemos oídos sordos y miramos hacia otro lado cuando somos parte de un acto injusto. Modificarlo depende de nosotros, todos los adultos que de alguna u otra manera nos involucramos, directa o indirectamente, en el proceso formativo-educativo de los niños y jóvenes.

A mayor cantidad de estímulos positivos, mejores decisiones. A decisiones conductuales inapropiadas actos de corrección.  A errores propios del juego, consecuencias que el mismo juego impone. Reconocimiento, aceptación y trabajo es evolución. Cambiar, para bien, las formas de hacer las cosas es aprendizaje. Perpetuar el error es fracaso.

Actuamos instintiva y emocionalmente, sin razonar las consecuencias que se generan afectando, indefectiblemente, el ambiente de los niños y jóvenes. Hemos decidido cambiar el placer y lo lúdico del juego, por transferir presión. Convertir a niños y jóvenes en un medio para alcanzar objetivos personales de los adultos. Acrecentar una carrera personal a costa de ellos, compensar experiencias negativas, elevar nuestra propia autoestima, depositar en ellos nuestros sueños nos cumplidos, son algunas de las absurdas y patéticas formas de actuar que inconsciente o conscientemente utilizamos y traducimos en el grito, el insulto y el agravio.

El verdadero hincha, desde su lugar, seguramente se suma al repudio del acto mencionado. Para aquellos que vivimos el día a día en el Club, sabemos que hay muchísima gente que trabaja y colabora, incansablemente, con la intención de que la institución crezca y termine de convertirse en un Club modelo.

Estamos a tiempo de fomentar un futbol sin presiones ni violencia. Divisar a niños que juegan a ser futbolistas y a Jóvenes que intentan llevar sus sueños lo más lejos posible. Apoyemos y disfrutemos el hecho de que niños y jóvenes se encuentren a compartir un campo de juego. Aplaudamos sea cual sea el resultado. Ellos lo agradecerán y, con el tiempo, la sociedad también".