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Opinión | 19/10/2016
Por Mariano Carreras
Ni una menos... todos los días

El 19 octubre no fue un miércoles más. Fue un día histórico. Mujeres y hombres se movilizaron en todo el país contra la violencia de género. En las calles, en las redes sociales, en todas partes, una voz plural abrazó consignas claras, contundentes, definitivas: “Ni una menos”, “Vivas nos queremos”.

El horror ante la violencia de género, el horror ante la violencia, ganó los espacios públicos, se filtró en los ámbitos privados, ocupó el centro de la escena. Miles de mujeres concurrieron vestidas de negro a sus lugares de trabajo, a la plaza, al supermercado, a la vida…

Mujeres con ropa negra y miradas claras, con ropa negra y pasos luminosos, se encontraron con un fin común: frenar el femicidio, frenar los mandatos que hombres y mujeres mamamos durante siglos y que necesariamente debemos poner bajo la lupa, cuestionar, transformar.

Sin embargo, la tarea no es tan sencilla. A algunos les cuesta mucho entender, ver, analizar. A algunos les va a llevar mucho tiempo. Hay que esperarlos, pero también hay que explicarles.

En medio de esta movilización, un boliche de Firmat promociona para este sábado la Fiesta del dólar. Los organizadores publicitan en las redes sociales diciendo sin medias tintas, sin vergüenza, algo que nos devuelve al punto de partida, al inicio de todo. El aviso dice: “LOS DOLARES LOS TIENEN ELLOS PERO LOS QUIEREN ELLAS”.

La Fiesta del dólar es un “juego” donde el entretenimiento consiste en que las chicas canjean besos, abrazos y baile en pareja con los varones a cambio de papeles que simulan dólares, papeles que son entregados por el boliche a los varones y que luego canjean a las chicas por bebidas o algún otro “premio”.

Esta fiesta es un llamado de atención. Uno más. Es la necesidad de tener presente que cuando terminan las marchas y las mujeres vuelven a sus casas, al trabajo, a la escuela o salen a bailar, la hipocresía acecha, el olvido retorna y la violencia renace…    

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