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Instituciones | 30/04/2013
Adiós al Hogar...
“Amarás a tu pueblo y en él a los niños descalzos
que no quieren ser héroes de la miseria”
Jaime Sabines
Corría el año 1986 y en Firmat comienzan a aparecer los primeros niños deambulando por las calles, niños que no estaban en sus casas ni en la escuela, vagaban, pedían de comer y corrían todos los peligros que la calle ofrecía. Ante esta insólita situación, un grupo de personas se movilizan y encabezadas por el Juez de Paz, Sr. Nelio Gardella, deciden formar una comisión y trabajar en la protección de estos niños. Se crea entonces una Institución a la que llaman “Hogar del Niño”; en ella se da albergue, escolaridad, esparcimiento y amor a todo niño de Firmat y zona cercana que estuvieran en situación de riesgo, vulnerabilidad y abandono.
A través de los años, el Hogar cumple una tarea ejemplar, atendiendo en forma integral a cientos de niños que pasaron por él, nuestra mayor alegría son esos niños, hoy hombres y mujeres de bien que pudieron reconstruir su vida y vivir en la sociedad gracias a quienes en su momento los protegieron.

Queremos rescatar 25 años fructíferos trabajando de esta forma, ya que el tiempo en que se albergaron niños de localidades alejadas de Firmat, fue una experiencia traumática para todos, especialmente para los niños desarraigados de su entorno familiar y de su centro de vida.
26 años después el Hogar cierra sus puertas porque se queda sin niños de Firmat.

No es nuestra intención, en este momento, analizar causas ni desandar el largo camino recorrido. Lo hecho, hecho está y nada ni nadie lo podrá modificar. Hoy es un momento para el agradecimiento, para el rescate de las cosas bellas que vivimos, hoy queremos traer al presente a todas las personas que trabajaron para el Hogar, personas valiosas, con corazón de oro, con infinito amor a los niños que brindaron su tiempo, solidaridad y a veces la vida en una tarea incomparable, bella, una tarea que se fue amasando con risas y lágrimas, besos y berrinches propios de la niñez.

Si bien este cierre nos causó un enorme dolor nos preguntamos cómo una institución entrañable como el Hogarcito, termine así, diluyéndose en el aire como si nunca hubiera existido, pero también entendemos que hay un tiempo para todo, un tiempo para sembrar y otro para cosechar y todos los que pasamos por esta comisión, cosechamos lo sembrado, no en medallas ni diplomas, sino en amistad pura y desinteresada que seguimos teniendo con quienes de niños pasaron por el Hogar, y con sus familias que confiaron en nosotros, con las cuales tuvimos siempre una relación de amistad y respeto mutuo. Gracias por eso.
También en esta cosecha incluimos a los benefactores del Hogar, no hay palabras ni gestos que puedan expresar nuestro agradecimiento para los que estuvieron en las buenas y en las malas: A la Soc. Pro Auxilios Hospitalarios que nos cedieron las dos casas en forma gratuita. A los socios, que con su aporte ayudaron a mantener el Hogar, a todos los profesionales de la salud, a los docentes, a los medios de comunicación (gracias Mari), a las abuelas que los jueves llevaban milanesas y a las que llevaban torta, a las encargadas y a su infinita paciencia, a los clubes que cumplieron un rol integrador desde el deporte y el esparcimiento, a las empresas y a los comercios y a todas las manos anónimas que donaron comestibles, juguetes, ropa y tiempo.

GRACIAS a todos los que pasaron por la Comisión, a los que están y a los que no, todos dejaron su impronta. GRACIAS Nelio, Padre Emidio, Elena, Ruth, Eduardo, Pedro, Hilda. Todos fuimos parte de un mismo proyecto, todos creímos que a los niños hay que protegerlos, ayudarlos a crecer, amarlos; todos entendimos que no debe haber niños tristes, abandonados en la calle porque la infancia es el recurso más valioso que tiene un país, y que todos deben tener las mismas posibilidades porque todos tienen las mismas necesidades.
Nos despedimos en paz, con la satisfacción del deber cumplido, con nuestros aciertos y errores, jamás hicimos uso de la soberbia o la descalificación, fuimos simples y muchas veces ingenuos. Y si la historia juzga, la historia juzgará.

Jamás olvidaremos al querido Hogarcito, ¡tantos años!. Siempre, aunque no estemos, seremos una parte de él y él será una parte nuestra.
Solo nos resta decir que todos, dentro o no de la Institución, somos responsables y debemos seguir trabajando por una infancia feliz y protegida y no olvidar jamás como dice la canción “Que a esta hora. exactamente, hay un niño en la calle”.

Hogar del Niño

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